10/12/14


IAAKOV E ISRAEL, LAS DOS INDENTIDADES DEL PUEBLO JUDÍO

El Gaón de Vilna decía que para entender Torá es necesario estudiar todas las disciplinas, él solía expresar esta idea diciendo “a quien le falta una mano en ciencias, le faltan diez manos en Torá”. Así que siguiendo su consejo, hoy vamos a hacer uso de un poco de filosofía para entender la Torá


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¿Escucharon alguna vez sobre la disciplina llamada “filosofía de la historia”?
Sea cual sea su respuesta, les recomiendo seguir leyendo, pues les aseguro que hoy aprenderán cosas que no sabían sobre ella.
La filosofía de la historia fue introducida por primera vez a la academia en forma amplia por el filósofo G. W. F. Hegel en la universidad de Berlín. Hegel fue influenciado por Giambattista Vico, que a su vez fue influenciado por el Mahara”l de Praga (rabino, kabalista, filosofo, a quien se atribuye la famosa leyenda de la creación de un “gólem”).
El Mahara”l escribe en su libro “Netzaj Israel” que la historia va hacia adelante constantemente y pasa por diferentes etapas que aunque a veces parezcan retrocesos, son en verdad parte del avance. Así explica la dinámica del exilio y la redención del pueblo de Israel, la destrucción de los dos Batei haMikdash y la inmanente construcción del tercero, pronto en nuestros días.
Esta idea no es un invento del Mahara”l, el simplemente desarrolla un concepto básico en el judaísmo y la Torá: El Creador se revela a través de la historia. La Torá no está escrita al estilo de un libro de aforismos, dogmas o instrucciones, sino como un libro que cuenta una historia. La Torá nos señala ciertos puntos en la historia y nos indica como Dios se revela a través de ellos. La Torá le da un sentido a la historia, le da una dirección y nosotros a través de estudiarla podemos entender los procesos por los que pasa la humanidad.

En las perashiot que hablan de la historia de Iaakov Avinu (nuestro patriarca) encontramos algo más, no solo nos indican acontecimientos importantes sino que nos insinúa como será la época anterior a la redención. Analicemos juntos cómo cada detalle de la historia de Iaakov desde que sale de Beer Sheva hasta volver a su tierra encierra dentro suyo lo que pasó el pueblo de Israel desde que fue exiliado de su tierra al destruirse el segundo Beit haMikdash hasta volver al medio oriente y erigir el Estado de Israel.
Delineemos de manera general el relato:

Iaakov sale de Beer Sheva, parte de la tierra prometida, camino a Jarán, donde vive Laván el arameo.
Laván intenta engañar a Iaakov mientras él cuida su rebaño y forma su familia.
Iaakov regresa a su tierra. En el camino lucha contra el ángel de Esav y luego con Esav mismo.
Al llegar a Shjem Diná es violada y Shimón y Leví toman venganza de los ciudadanos.

El viaje a Jarán y la salida al exilio

La salida de Iaakov representa el comienzo del exilio del pueblo de Israel luego de la destrucción del segundo Beit haMikdash,tanto la salida de Iaakov como la del pueblo tienen un propósito divino: aprender a formar una identidad nueva.
Iaakov en su juventud era un estudioso, un hombre espiritual que encontraba su felicidad en estar a solas con Dios. Él no sabía cazar, luchar, ni hacer negocios, era indiferente a los asuntos mundanos y esto mismo era su problema y su desventaja pues él tiene una misión mucho mayor que enfrascarse en lo místico: crear una nación de sacerdotes que sea bendición para todas las otras naciones ¿cómo puede Iaakov formar una nación sin saber asuntos mundanos? Dios se encarga de enseñarle haciendo que tenga que viajar a lo de Laván, que lo engañará para sacarle su sustento e intentará asimilar a sus hijos, así Iaakov aprenderá a desenvolverse en el mundo real, por las buenas o por las malas.
Paralelamente el pueblo de Israel durante la epoca del segundo pueblo era gente muy religiosa. En esa epoca se formó la Mishná y el Talmud, las bases de la halajá (ley judía). Sin embargo al pueblo de Israel le faltaba entender lo que es vivir como un colectivo, como un solo organismo y cada persona vivía pensando en su propio beneficio espiritual (y luego eso llevo a corrupción en lo material, como pasó con el imperio jasmoneo y el sacerdosio).
[Aquí es importante explayarse: esta forma de vida enfocada en el individuo y no en la nación se desarrolló como una antítesis (recordemos a Hegel...) a la era del primer templo. El rav Avraham Itzjak haCohen Kook explaya ampliamente esto en su escrito “Sobre el proceso de las ideas en Israel” (en la universidad es llamado “el discurso historiosófico del rav Kook”), impreso en el libro “Orot” (luces) editado por su hijo, rav Tzvi Iehudá haCohen Kook. En la época del primer templo, la idea del colectivo era lo principal y ni siquiera se había desarrollado la noción del singular. Vemos en el Tana”j que por un lado el reinado de Shlomó (Salomón) haMelej era increíblemente acaudalado, pero por otro lado el pueblo apedreó al ministro de hacienda, lo que significa que la riqueza quedaba en manos del reino pero no llegaba al ciudadano, solo la nación importaba, no la persona. En la época del segundo templo hubo un giro de 180 grados hacia la persona, abandonando en parte la noción del colectivo, hecho que hizo que también el enfoque del judaísmo cambie: mientras en el primer templo la idea del mundo venidero, la vida después de la muerte, no tenía importancia alguna en la consciencia de la gente, en el segundo templo ella se convierte en un tema fundamental.
El rav Uri Amos Sherki shlit”a usa un ejemplo para describir la diferencia entre la era del primer y segundo templo: Si le preguntaríamos a un ciudadano que vivía en la era del rey Shlomó cuales son sus ambiciones y sus deseos sobre el futuro, nos contestaría “espero que haShem me de descendencia que pueda trabajar mi campo y que nuestra nación sea bendecida con abundancia, que haShem reciba nuestras ofrendas y siga posando en el Beit haMikdash bajo el reino de la dinastía de David haMelej”. Si le preguntamos que piensa de la vida después de la muerte nos miraría raro y con una mueca sospechosa diría “tienes preguntas muy profundas, nunca pensé en eso... yo no sé nada de esas cosas, mejor pregúntaselas a un profeta, ellos son los que saben lo que hay fuera del plano físico ¿qué me preguntas a mí, un hombre simple?”. Imaginémonos ahora la misma situación en el segundo templo donde recibiríamos una respuesta radicalmente diferente como “mi único deseo es poder hacer muchas mitzvot y conocer al Creador para tener parte en el mundo por venir, pues de cualquier modo ¿qué valor tiene este mundo? Es totalmente pasajero, la vida es solo un pasillo donde nos preparamos para ser meritorios de unirnos con Dios al separarse el alma del cuerpo”.
El Talmud (Iomá 23a) nos demuestra hasta dónde la concepción del particularismo, la religión y el bien propio llegaba - aplastando a su paso la concepción colectiva – a tal punto que un cohén (sacerdote) apuñalo a otro para ser él quien lleva la ofrenda al altar y una vez un niño fue apuñalado y su padre dijo que al menos no se impurificaron los instrumentos del templo con su sangre sobre lo que dice el Talmud “este relato demuestra que a la gente le importaba más las leyes de pureza e impureza de instrumentos que la vida de las personas”.]
Es momento entonces, al destruirse el segundo templo, de que los judíos vayan al exilio y aprendan de los demás pueblos a formar una nación. Así hicimos de hecho y gracias a eso pudimos hoy re-erigir el Estado de Israel, tomando la democracia de Grecia, el ejercito de la experiencia de soldados judíos en Inglaterra, la tecnología etc.

El peligro de la asimilación en la diáspora

Luego de unos años en la casa de Laván, Iaakov decide irse con su familia y se escapa sin decir nada. Laván se entera tres días después, sale a buscarlo y al encontrarlo le dice “¿por qué te robaste mis dioses?” y “los niños son mis hijos, las niñas son mis hijas y el rebaño es mio”.
Durante la diáspora los judíos escuchamos una y otra vez a los pueblos del mundo decirnos estas palabras. Los dioses representan sus ideologías y sus diferentes formas de ver el mundo. Los judíos fuimos actualizando con el tiempo nuestras propias creencias, nuestra filosofía y nuestra forma de entender al Creador - elevándonos cada vez en nuestra forma de captarlo - tomando (no siempre siendo conscientes de ello) ideas de los pueblos donde estuvimos y compatibilizándolas con nuestra tradición profética (si la idea concuerda cona la profecía, con Dios como lo conocemos a partir de la experiencia directa, entonces podemos tomarla, sino, entonces no puede ser cierta sobre El Creador esa idea).
El Ramba”m (Maimónides) en su Moré Nevujim (Guía de los Perplejos) toma ideas aristotélicas y las hace concordar con la Torá, influenciado en parte por la escolástica de Averroes (ibn Rushd, filósofo árabe, luego la escolástica judía y árabe influenciaron a su vez a Tomás de Aquinos llegando así al cristianismo), el Rav Iosef Dov Soloveitchik judaíza el existencialismo de Søren Kierkegaard, el rav Avraham Itzjak haCohen Kook explica la kabalá de una manera revolucionaria gracias a su conocimiento de los escritos de Hermann Cohen y los ejemplos no se terminan.
Los pueblos del mundo entonces intentan delegitimizar los avances de los judíos diciendo que robamos todo "por qué robaste mis dioses?"dicen en un intento de doblegarnos e impedirnos levantar la cabeza e influenciar al mundo con nuestras ideas.
Otro problema que tenemos en la diáspora es la posible asimilación y el intento por parte de ciertas naciones de eliminarnos asimilándonos, haciendo que el pueblo judío desaparezca. Esto es lo que dice Laván "los niños son mis hijos, las niñas son mis hijas, el rebaño es mio" en palabras del Rebe de Lubavitch (rabí Menajem Mendel Schneerson) "Laván le argumentó a Iaakov y así argumentan sus descendientes generación tras generación contra nosotros: Tú eres anciano así que haz lo que quieras, de cualquier manera eres de la generación anterior, puedes sentarte y estudiar Torá día y noche ¿pero que quieres de los niños? 。Ellos son parte del mundo moderno! Los niños son mis hijos, las niñas son mis hijas" dice Laván "ellos son jovenes ¿por qué arruinarles la vida impidiendoles ser parte del mundo moderno? ¿lo que tú quieres es que aprendan judaísmo? Está bien, pero hazlo de una manera moderna, con métodos modernos 。que no se vuelvan religiosos!" Laván intenta asimilar a los hijos del pueblo judío tentándolos y prometiéndoles todo lo bueno si dejan la Torá, Dios libre.
Laván también dice "el rebaño es mío". En la diaspora el judío se ve tentado a veces a separar su vida espiritual de la mundana y creer que debe quedar bien con Dios solo en la primera, pero en la segunda no, o sea que tiene que rezar tres veces por día, poner tefilín, estudiar Torá pero cuando llega el momento de hacer negocios "los negocios son cosa mía, hazlo al estilo de Laván el arameo" engaña, miente, roba 。Dios libre! También el movimiento de la Haskalá (Iluminismo Judío) decía una frase parecida "sé judío en tu casa y persona al salir de ella" y aunque obviamente tenía otro significado, la idea de separar entre el mundo material del espiritual no existe en el judaísmo. Un judío debe ser recto en sus negocios, confiable y temeroso del cielo tal como en su plegaria.

La lucha contra Esav y su ángel

Y quedó Iaakov solo y lucho un hombe contra él, nos cuenta la Torá. El ángel de Esav le cambia el nombre a Iaakov y le avisa que a partir de ahora se llamará Israel.
La diferencia entre Iaakov e Israel está en la identidad que cada uno representa. Iaakov representa al judío en la diaspora que está enfocado en la religión y lo espiritual, en el mundo por venir. Israel es el nombre de una nación, no solo una persona y representa al pueblo judío en su tierra.
Para entender bien la diferencia entre Iaakov e Israel debemos examinar sus nombres. Iaakov incluye dentro de sus letras la palabra Ekev que significa talón, la parte mas baja del cuerpo mientras que Israel incluye dentro suyo la palabra Rosh, cabeza, la parte mas alta. También Iaakov insinua a la palabra "okvá" que significa trampa y engaño e Israel insinúa a "iashar El" o sea "directo hacia Dios".
Iaakov, al estar limitado a poder encontrar al Creador solo en lo espiritual, esta en un nivel bajo (talón) y por eso se comporta engañando al mundo material, pero en un buen sentido: el come y toma y parece que lo hace para disfrutar de los placeres mundanos pero en verdad su intención es comer para poder rezar y estudiar, por lo tanto "engaña" a la comida, engaña a la materia. Pero Israel está en un nivel superior, el puede ver a Dios en todo, incluso en lo que menos parece divino como la política, la economía y el deporte. El pueblo de Israel al volver a su tierra, santifica lo mundano y no solo lo espiritual, convirtiendo a todo en mitzvá. En el estado de Israel ir al ejercito es una mitzvá, ser político es una mitzvá, votar es una mitzvá... Dios está en todo, literalmente.
Iaakov se convierte en Israel como preparación para volver a su tierra, asi fue en su momento y así es hoy.

La discusión entre Iaakov y Shimón y Leví

Para cerrar este artículo llegamos a la violación de Diná y la venganza de Shimón y Leví.
Vemos en el relato de la Torá que Iaakov no está de acuerdo con lo que hicieron sus hijos ソpor qúe? La explicación es que hay una discusión entre el padre y sus descendientes sobre la identidad de ellos: por un lado el ángel ya dijo que son Israel, una nación, por otro lado Dios no llama a Iaakov con el nombre de Israel hasta que llega a Bet-El. Esto provoca una confusión, pues Iaakov cree que aún no son una nación sino gente particular y por lo tanto no deben vengar la violación de Diná contra la nación de Shjem como si esto fuera una guerra entre pueblos pues los judíos aún no son pueblo, mientras que Shimón y Leví no están de acuerdo y opinan que Israel ya existe, ya es una nación y debe tomar medidas correspondientes.
Lo que podemos aprender de esto es que la historia la maneja la juventud y en ellos está la llave para el cambio.
Aquel que tiene a los jóvenes de su lado tiene a la historia de su lado.

Vimos entonces como la Torá nos muestra a Dios revelándose en la historia e insinuándonos nuestro futuro.
Que sea la voluntad del creador que nos demos cuenta que somos una nación y pasemos al proximo nombre: Ieshurún, que representa al pueblo de Israel iluminando a toda la humanidad, pronto en nuestros días con la reconstrucción del tercer Beit haMikdash, amén.